Por: Marcela Altamirano, Directora General Gente Como Uno
El 5 de junio se celebra el día Mundial del Medio Ambiente, y en esta ocasión la temática se basó en: “Siete millones de Sueños. Un solo planeta. Consume con Moderación”. Cuándo leí este slogan fue inevitable que me llevara a un momento de reflexión, a darme cuenta de varios aspectos y por supuesto a querer compartirlos contigo.
¿Te has dado cuenta que la mayor parte de nuestros problemas del día a día están relacionados con nuestros malos hábitos de consumo y éstos nos han llevado a dañar nuestro planeta, a tener escasez de agua, de alimentos, mala calidad del aire, en pocas palabras a un caos medio ambiental y también existencial?
Nuestro entorno social hace ver el consumo excesivo, de todo, como algo normal y natural. El consumismo nos ha llevado a tener más coches, casas, ropa, aparatos tecnológicos, insumos para la oficina, televisiones más grandes, por supuesto más deudas, todo se está volviendo un círculo vicioso en donde en el momento que ya conseguiste lo que deseabas algo nuevo surge, una nueva promesa de que ahora serás más feliz, pero la pregunta es ¿realmente esa es la felicidad?
Me puse a pensar en esa pregunta y mi conclusión es que si el consumo excesivo logra la felicidad, la gente con más posesiones materiales tendría que ser más feliz, sin embargo, esto no es una realidad, no hay una relación comprobada que a mayores posesiones materiales mayor sea la felicidad así como tampoco se puede concluir que a menor posesiones materiales mayor la infelicidad, por lo tanto esto que nos venden como felicidad NO ES VERDAD y necesitamos dejar a un lado esta obsesión compulsiva por querer dedicar nuestra vida a conseguir el reconocimiento y felicidad a través de cuestiones materiales y mejor concentrarnos en darle un sentido a nuestra permanencia en el planeta y dejar un legado que contribuya al futuro de nuevas generaciones.
Si bien el consumo es necesario para vivir, el consumo excesivo no lo es y muy por el contrario tu vida podría ser mucho más sencilla si lograras escapar de este estilo de vida en donde es demasiado el consumo. Si tu logras reducir tu consumo, mira algunos de los beneficios:
1.- Menor preocupación por cuidar tus posesiones materiales. Menos es más, uno invierte demasiado tiempo y energía en estar cuidado aquellas posesiones materiales que vamos adquiriendo.
2.- Menos deudas. Tener deudas te causa estrés y te obliga a tener que trabajar más tiempo para poder pagar tus deudas, como es un círculo vicioso vas liquidando unas pero te vas haciendo de otras, ¿qué pasaría si comenzaras a consumir solo lo que realmente necesitas?
3.- Ayudarías al impacto ambiental. Para hacer todo lo que compras se requiere utilizara insumos que la naturaleza nos provee, si tu reduces tu consumo y se vuelve un efecto multiplicador imagina toda la energía, agua, insumos en general que se podrían ahorrar. Tan sólo si sólo consumieras la comida que realmente te vas a comer, cuánta comida se dejaría de desperdiciar!
4.- Acabarías con la presión de querer impresionar con cuestiones materiales. Imagínate que se acabara en ti ese deseo de querer impresionar a la sociedad a través de tus logros materiales?, cuánto tiempo y energía dejarías de desperdiciar en crear una reputación material que al final de tu vida ten la certeza al de enfrente no le importa, dejarías de vivir en función de los demás.
5.- Te darías cuenta que el mundo no es material. Lo más hermoso de la vida está en las relaciones personales que tienes, en el tiempo con tu familia, en poder contemplar la naturaleza y sobre todo la felicidad se encuentra en un estado de tranquilidad de saber que estás siendo parte de un proyecto de vida mucho más grande que basarlo en alcanzar el éxito medido en función de posesiones materiales.
Si quieres vivir una vida más tranquila, sin tantas preocupaciones y ayudando al planeta, la próxima vez antes de comprar algo pregúntate:
¿REALMENTE LO NECESITO?